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martes, 3 de diciembre de 2013

Pasta con pollo y mostaza

Abrí la nevera a eso de la una de la tarde:



Qué tenía esta vez:

Filetes de pollo a medio descongelar.

Qué se supone que iba a comer:

Filetes de pollo. Vuelta y vuelta. :(

¡Pero no! :) Decidí no hacerme una comida tan aburrida un domingo, así que abrí la nevera y encontré:

Dos tomates. Un bote abierto de pimientos rojos. Un bote abierto de mostaza. Huevos. Queso rallado sospechosamente demasiado caducado. Algo de lechuga. Flanes. Quesitos. Medio ajo.

Descarté los flanes lo primero, lógicamente. ¿Qué iba a tomar sino de postre?. Y recurrí a los muebles más allá de la nevera. Es bien sabido por toda persona con un estómago enorme y que siempre está hambriento que sólo hay dos formas reales de llenarte: pasta o arroz. Puesto que arroz con pollo me parecía igual de soso, elegí pasta. Que de esa, que no caduca, por lo general sí que tengo.

En este caso pasta de lacitos (Farfalle para los expertos culinarios). Pero sí, podéis poner cualquier otra pasta. En el caso de que fuesen spaguettis yo aconsejaría partirlos (pero únicamente en este plato).

Y me puse manos a la obra. Objetivo: Pollo con pasta. ¿La creatividad? En el aderezo. Porque sino, pollo con pasta es también aburrido. (Y no me gustan las cosas aburridas).

La pasta a cocinar. Si es de buena calidad, solamente agua con sal. Si es de la pasta barata con aceite, no se os pegue. Abundante agua, que hierva bien.

Descongelé el pollo en el microondas (sí, no es bueno, blablabla, pero estamos hablando de comida de supervivencia para dummies y los dummies no prevemos qué vamos a tener que descongelar con días de anterioridad). Así que descongelé el pollo. ¿Consejo? Ir cortando los trozos que se van descongelando para que no se termine cociendo dentro. Y si queda un poco congelado no pasa nada, en la sartén ya soltará todo el agua que le queda. PD: el pollo decidí cortarlo a tiras, tipo wok, aunque la sartén cutre de toda la vida te valga para hacerlo.

Pasta. Check.
Pollo. Check.
Aderezo. Inspección:

Tomates. Pimientos de lata. Mostaza. Huevos. Queso rallado caducado. Pasas en una bolsa de cereales.

Decidí que el sabor lo daría la mostaza. ¿Razones? No había tomate frito abierto y la mostaza llevaba ahí un mes, empezaba a soltar un líquido sospechoso pero aún no tenía ningún color extraño que me hiciese tirarla. Además, el sabor picante de la mostaza tapa cualquier posible sabor de 'mostaza caducada'. No moho, no malo. <-- Lema de este blog.

Objetivo de "lo que hay en mi nevera": funcionalidad. Puedes tener varios productos que te sirvan para tu receta, así que usa los que estén a punto de caducar. Te lo agradecerá tu bolsillo y tu conciencia.

Pimientos. Para acompañar el pollo. Ya estaban hechos así que la facilidad radicaba en echarlos al final para que den sabor y color al plato. Y ya. Ni lavar, ni cortar, ni "este pimiento está duro".

Huevos. ¿Y si echo un huevo tipo 'huevos rotos con jamón' pero con pollo? ¿Dos huevos? Eso es malgastar, con uno te sobra.

Tomates. Se me ocurrió picar un tomate con el pollo y el revuelto en general, pero no lo eché al final. ¿Por qué? El tomate al final se pela y te acabas comiendo la piel (a lo mejor los cocineros de verdad la quitan antes, eso ya no lo sé). Y además, si usas uno de los tomates para hacer sofrito... ¿qué cenarás entonces por la noche? Ajá. Funcionalidad de nuevo. Así que en esta receta, tomate: no.

Pasas. ¿Y por qué sí? ¿Y por qué no?

Así que el asunto queda así: (Las recetas suelo hacerlas para dos personas).

Ingredientes:

Filetes de pollo. Los que tengas. Pero unos dos por cabeza.
Farfalle. (Si no sabes calcular cuanta pasta, yo tampoco. Pero si te sobra siempre puedes comerla al día siguiente con tomate)
Un huevo.
Unos cuantos pimientos rojos de lata. O todos si la lata es pequeña.
Mostaza con miel. 
Reducción de vinagre de vino. (esto lo explico más adelante)
Pasas
Sal
Ajo en polvo
Perejil

El hecho es que lo del pollo con pasta está muy rico pero hay un problema ahí. Que se queda seco y es cómo comer dos cosas diferentes. El objetivo de este plato es comer una sola. Ahí entra pues la mostaza.

Recapitulo:

--> Has puesto a cocer la pasta en abundante agua con sal. (Frase de manual). Que no abundante sal con agua, como yo entendí una vez.

--> Has cortado el pollo a tiras final y esas mismas tiras las vuelvas a cortar, esta vez por la mitad, para no parecer un simio cuando comas.

--> Has aderezado el pollo con sal, ajo en polvo (o ajos normales en la sartén si tienes de eso en la nevera) y perejil. Por todos lados.

--> Has puesto aceite en la sartén, y cuando esté caliente (yo en mi caso no lo dejo mucho que me da miedo cuando salta - sí, así de buena cocinera soy -) echas el pollo. Y zas zas, lo vas dando vueltas con un tenedor. A la que ya esté doradito,  --> echas los pimientos. Si son grandes córtalos también antes. ¿Cuántos? Depende del gusto del consumidor, yo no soy muy fan, así que lo justo para el sabor y el color.

Y zas zas, tú sigue moviendo de vez en cuando. Y baja un poco el fuego, si lo tienes al máximo, no se pegue.

--> Viene el momento delicado del huevo. Lávalo antes de echarlo. ¿Por qué? Porque una vez leí cosas de enfermedades de cáscara de huevo y no cuesta nada darle un agua antes. Lo rompes encima, un golpe seco contra la sartén para los expertos y con el tenedor para los más inexpertos. Y lo echas encima. --> paso importante: si ha caído algún trozo de cáscara, ¡¡retírala colega!!. Y ya. Sigue cocinando.

--> Lo mueves. Porque no quieres un huevo frito en el medio de tiras de pollo.

--> Este es el paso de la mostaza: de dos a tres cucharaditas bien colmadas. Dependiendo de la cantidad de pollo y de lo que os guste la mostaza. Y remover.

Y en este paso me empezó a surgir una duda: ¿no se iba a quedar un poco seco? ¿Debería haber abierto un tomate frito o tirar la mostaza? Pero ¡Ajá! Ideaca. El aceite siempre es bien para la pasta (los 'lubrica', voy a decir). Abrí el armario y vi entre los aceites una sustancia extraña: Reducción de vinagre de vino y relacioné mentalmente: si a la ensalada de pasta se le puede echar vinagre, y al sofrito se le puede echar vino, le podré echar a la pasta con pollo vinagre de vino. Lo probé antes, eso sí, no fuese a saber raro. Pero no, bien, así que lo siguiente fue:

--> aderezar todo el revuelto de la sartén con vinagre de vino al jerez. No mucho, que el sabor es fuerte. Pero ¡tachán! Pintaca.

--> Para decorar y terminar, un puñadito de pasas, vuelta y vuelta.

A todo esto, ¿Has estado atento de la pasta? ¡¡Al dente!! Que significa que está un poco dura. Así que yo la dejo siempre más blandita que al fin y al cabo no soy italiana. Pero sin pasarse, ¿eh?. Cuela el agua. NO enfríes la pasta con agua, que le quitas el sabor y... la enfrías, mongo.

Y a "emplatar" (eso lo he aprendido en los concursos estos de chefs, que significa que sí, que ya lo puedes echar en el plato).



Como ya he dicho es muy importante la presentación, aunque comas solo. De hecho, sobre todo cuando comes solo. ¿Si no te mimas tú, quién te va a mimar?. Un poco de pasta para la base, unas tiras de pollo por encima. Echa un poco de perejil (sí, del cortado, a no ser que seas de esa gente extraña que tiene fresco en la cocina), para el color - Arguiñano, ese gran hombre -. Observa. Huele. Sonríe. Hazle una foto con el móvil y súbela a Instagram. Prueba un poco. ¿Ya?

Bien, ahora échate más pasta, más pollo y mézclalo todo. ¡¡Hora de comer!!

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